¿Qué es un jamón 959?

¡Hola, queridos comensales y curiosos del buen comer! Hoy os traigo una delicia que está causando furor en los paladares más exquisitos, un manjar que bien merece su fama: el jamón 959. Y no, no es el último modelo de robot limpiador, aunque limpia las tristezas de un plumazo cuando toca tus papilas gustativas.

Pero, ¿qué es un jamón 959? Digamos que es la crème de la crème en el mundillo del jamón ibérico. Este jamón proviene de cerdos ibéricos alimentados con bellota y criados en las dehesas más idílicas de nuestras tierras, donde estos cochinos pata negra hacen más ejercicio que yo en un gimnasio.

Bien, vamos a destripar (metafóricamente) este encanto jamonero. Te lo voy a desmenuzar para que te hagas una idea de por qué el jamón 959 es más codiciado que un abrazo de tu abuela.

Los cerdos: actores principales

Empezamos por los protagonistas, los cerdos. No cualquier chanchito llega a ser un 959. Estos cerdos son de raza ibérica pura, seleccionados con un amor casi poético, como si fuesen las estrellas pitagóricas del jamón.

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El entorno: un spa natural

El hogar de estos cerdos es digno de postal. Viven en lo que podríamos llamar un hotel 5 estrellas para porcinos. Las dehesas de nuestra querida Península Ibérica les ofrecen todo un buffet libre de bellotas y hierbas.

La alimentación: una dieta de lujo

Además de trotar y disfrutar de las vistas, estos cerdos se ponen las botas con las bellotas más selectas, que son la base de su dieta mediterránea. Y igual que tú y yo, si comen bien, se sienten bien y... ¡saben mejor!

No es solo la materia prima lo que hace a este jamón tan especial, amigos míos. Hay todo un arte detrás de esta joya gastronómica.

La curación: paciencia es la clave

Una vez que nuestros amigos los cerdos se han convertido en jamones, comienza un largo proceso de curación. ¡Que no cunda el pánico! Estamos hablando de 36 a 48 meses de espera, nada que no pueda superar un buen fan de las series largas. El tiempo y el clima hacen magia mientras tú te olvidas de que lo estás esperando.

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La sabiduría del jamonero: un toque de varita

Por supuesto, no basta con colgar el jamón y cruzar los dedos. Hay todo un experto, el maestro jamonero, que controla la humedad, el viento, y hasta parece que les canta nanas para que esos jamones maduren a la perfección.

Y cuando por fin llega a tu plato, descubres que el jamón 959 es una explosión de sabores. Cada bocado es un viaje por las dehesas soleadas, un mimo al alma y un homenaje a la paciencia. Textura, aroma y un sabor que te lleva a cerrar los ojos y agradecer al universo por ser parte de este mundo.

• Textura: Firme y sedosa.
• Aroma: Intenso, con notas de frutos secos.
• Sabor: Equilibrado, con un retrogusto persistente y placentero.

¿Sabías qué...?

• El número 959 no es un número al azar, representa la línea telefónica de Huelva, una zona con gran tradición en el jamón.
• El jamón 959 es tan top que los expertos recomiendan comerlo a temperatura ambiente, ni muy frío ni muy caliente, para apreciar todos sus matices.
• Algunos dicen que cortar jamón es un arte, y es que, la forma en que lo cortas puede influir en su sabor. ¡Así que ya sabes, nada de usar esas técnicas ninja con el cuchillo!