
¿Qué diferencia hay entre el jamón ibérico y el jamón de bellota?

Un mundo de sabor en cada loncha
¡Hola amantes del buen comer! Hoy nos metemos de lleno en un tema que puede resultar más enredado que intentar cortar el jamón con cuchara: las diferencias entre el famoso jamón ibérico y el no menos aclamado jamón de bellota. ¡Vamos a desglosar este embrollo jamonero!
¿Ibérico o de Bellota? Despejando dudas
Venga, vamos al grano (o mejor dicho, al jamón). El jamón ibérico se refiere al originario de cerdos de raza ibérica, esos morenazos de la península que nos tienen a todos locos con su sabor. Por otro lado, el jamón de bellota se refiere no solo a la raza del cerdo, sino también a su dieta basada en las bellotas durante la montanera. Sí, queridos lectores, la dieta determina que nuestro héroe el cerdo ibérico pase al estatus de estrella como la del jamón de bellota.
La raza tiene su gracia
Para ser un jamón ibérico, el cerdo debe ser, por lo menos, 50% ibérico. O sea, que el cerdo ha de tener pedigree, nada de impostores. Pero hay diferentes categorías, y aquí es donde vemos si son más ibéricos que las castañuelas o tienen un puntito de "internacional".
- 100% ibérico: Los pura sangre del mundo porcino. Sus dos padres son 100% de raza ibérica.
- 75% ibérico: El resultado de un padre 100% ibérico y una madre 50% ibérica.
- 50% ibérico: Aquí un padre 100% ibérico se junta con una madre que no es de raza ibérica. Digamos que son los mestizos de la familiona.
La dieta del cerdito gourmet
Un jamón de bellota viene de cerdos que durante la montanera -ese periodo donde los cerditos se van de paseo por la dehesa- ponen las patas en la masa comiendo bellotas a dos carrillos. Estos cerdos viven sus mejores días al aire libre, en plena naturaleza, ejercitando los músculos mientras hacen su particular "Operación Bikini" con bellotas, que por cierto, les da un sabor increíble.
Mira también:
El corte, la curación y el sabor ¡Todo cuenta!
Los jamones comparten un proceso de elaboración que es todo un arte. Sin embargo, el tiempo de curación y el sabor final tienen matices más propios que las rutinas de cada abuela para hacer su paella.
Tiempo de curación
La paciencia es una virtud y en el mundo del jamón, es ley. La curación del jamón ibérico puede variar entre los 24 y los 48 meses, mientras que los de bellota suelen estar curándose por más de 36 meses para conseguir esa explosión de sabor que nos hace llorar de felicidad.
Un festival para el paladar
El sabor es el rey, y para saber diferenciar un buen jamón de bellota del ibérico hay que dejarse llevar por los sentidos. Los jamones de bellota tienen un gusto más profundo e intenso, con esos matices de frutos secos que los hacen únicos. Y aunque el ibérico no se queda atrás, será menos complejo en su sabor, pero igual de noble. Vamos, que ambos son un regalo del cielo.
¿Cómo los distingue el ojo experto?
Si todavía te encuentras en un laberinto de dudas, he aquí una pequeña guía visual para distinguirlos:
Mira también:
Característica | Jamón Ibérico | Jamón de Bellota |
---|---|---|
Pata | Más gruesa y corta | Más estilizada y fina |
Piel y grasa | Piel más oscura y grasa más amarillenta | Grasa más brillante y rosada |
Etiqueta | Varía según el porcentaje de raza ibérica | Siempre lleva una etiqueta roja o negra dependiendo de si es 100% |
Así que ya lo sabéis, queridos carnívoros cultos, cada vez que os enfrentéis a una pata de jamón, recordad que detrás de cada loncha, hay una historia porcina que merece su reconocimiento. Y aunque no hayamos puesto fin a nuestra charla como en una película con epílogo, esperamos que este rollo (de jamón) os haya ayudado a saber qué pedir en la próxima visita al templo del jamón.

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