Jamón en Salsa de Vino Tinto: Receta Perfecta para Impresionar

Ingredientes Necesarios

Preparación del Jamón

Ahora, queridos amigos cocinillas, llega la magia: convertir ese solitario jamón en una obra de arte culinaria. ¡Manos a la obra!

Limpieza y Corte

Lo primero es darle un buen lavado al jamón, aunque no pretendemos bañarlo como si fuera un recién nacido. Luego, con el cariño que le pondríais a vuestro peluche favorito de la infancia, le hacemos unos cortes superficiales en forma de red. Esto no es solo para que se vea bonito, sino para que todas esas maravillosas especias se impregnen hasta el alma del jamón.

Aliño y especias

Ahora que nuestro protagonista ya está listo, toca hacerlo irresistible. En un cuenco mezclamos aceite de oliva, ajo bien picadito, un buen chute de sal y la pimienta negra. Con esta mezcla, embadurnamos el jamón hasta que quede bien "guapo". Le esparcimos también el tomillo, y si queréis, imaginad que es confeti en una fiesta porque la alegría que le va a dar al sabor es similar.

Paso a la sartén

¿Todo listo? Pues cogemos una sartén grande, de esas que si te defiendes con ella en una peli de gladiadores no te tose nadie, y calentamos más aceite de oliva. Poned el jamón a dorarse por cada lado con ganas, que coja un colorcito atractivo. Recordad, queremos dorarlo, no convertirlo en un monolito carbonizado.

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Vamos a darle sabor

Una vez que el jamón esté como un guaperas recién salido de la peluquería, añadimos la cebolla picada y dejamos que se acaramelice a la par. A esto, sumadle los dientes de ajo enteros y, si os gustan las emociones fuertes, poned una pizca de azúcar moreno. ¡Qué empiece la fiesta en la sartén!

Elaboración de la Salsa de Vino Tinto

Desglasar como un profesional

Cuando veáis que la cebolla tiene ya un bronceado de verano, ha llegado el momento de ponerse serios. Agarramos el vino tinto, y sin remordimientos de la conciencia, lo vertemos en la sartén. Ahora desglasamos, que suena muy profesional y es básicamente rascar el fondo de la sartén para que todos esos sabores pegados se integren en la salsa. Déjalo reducir y, mientras tanto, puedes practicar tus habilidades cantando ópera o lo que te venga en gana.

Un toque espesito

Cuando el vino haya reducido a la mitad y el alcohol se haya despedido de nosotros, es el momento de darle algo de cuerpo a esa salsa. Disolvemos la harina en un poco de caldo de carne frío para que no haga grumos y añadimos la mezcla a la sartén. Esto va a espesar la salsa y la convertirá en esa delicia cremosa que hará que tus papilas gustativas bailen el "Can Can".

¿Listos para emplatar?

Dejamos que la salsa hierva un poco para que coja consistencia, y voilà, tenemos un jamón bañado en una salsa de vino tinto que hará que te ganes la admiración de amistades y vecindad (¡si les invitas, claro está!). Sirve el jamón cortado, nápalo con la salsa y prepárate para los aplausos.

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Consejos y Trucos

• No os olvidéis de cortar el jamón en rodajas antes de servir. Es más fácil de comer y así evitamos que vuestro cuñado se embarque en una cruzada para cortar una pieza entera.
• Si sois de los que os gusta la salsa en cantidad, no dudéis en preparar un poco más. Así cada uno puede ahogar su jamón hasta el punto que desee.
• ¿Vino sobrante? Nada de desperdiciar. Acompaña la cena con un buen vaso del mismo vino con el que has cocinado y sentirás que cenar jamón en salsa de vino tinto es casi un viaje a las viñas francesas. Minus el vuelo y el jet lag, por supuesto.